miércoles, 21 de diciembre de 2011

nuestra rebeldía

A veces no van para el mismo lado ni en los mismos tiempos las corrientes generales políticas, sociales y de pensamiento de aquellas que se sienten y se ven pasar en nuestro pueblo.
A veces parece que no llegan los cambios de humor, las nuevas sensaciones de libertad y otros avances en la constitución de nuevos derechos.
A veces estamos a contramano de la corriente general que reconoce en la independencia de criterio territorial ser parte de un todo mayor
A veces actuamos como arroyos tributarios, como canales dóciles y confundimos los momentos de defender con los de atacar, los de avanzar y retroceder.
A veces nuestro pueblo orillero y ribereño, atravesado por un telar de hilos de agua, se deja mojar la oreja por el poder central y hace la plancha, obediente, en el estanque del lugar común
A veces la resignación y las zonceras hechas jungla nos pierden y olvidamos adonde vamos
Vemos entonces el faro del poder central de la ciudad del puerto donde atiende dios o el faro de la costa provincial del cual esperamos soluciones o nos remitimos a una historia que se repite como farsa, y nos cuesta asumir que tenemos que tomar las riendas y en la nueva huella encauzar nuestra rebeldía, nuestra fuerza y nuestra inteligencia.